¿Cuál es el futuro? ¿Hacia dónde nos llevarán? ¿Cuál depende de cuál?, debatamos...
La Inteligencia Artificial puede generar incertidumbre e incluso miedo. ¿Seremos reemplazados?, ¿pasaremos a un segundo plano? Es inevitable no escuchar estas y otras muchas inquietudes.
Y es que lo desconocido genera recelo, por lo que es fundamental entender de qué hablamos cuando nos referimos a la IA. Por esto, les comparto el link de un video que ayuda a identificar sus principales beneficios y a comprender que esta es solo posible con la colaboración entre el ser humano y la tecnología, una fusión que busca dar soluciones a las diferentes necesidades de las personas.
Si le pregunto a mi Asistente de Google (que, por cierto, no me deja cambiarle el nombre, lo que ya establece una distinción entre nosotros) qué tipo de inteligencia tiene, me responde: “artificial”. Si le pido que defina la palabra inteligencia, me dice que es la “facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”. Cuando le pregunto a Siri, de Apple, me da la misma respuesta, pues es parte de la Inteligencia Colectiva.
Mientras veía el video, empecé a reflexionar al respecto. A través de algunas preguntas construí una perspectiva distinta, y es que por eso es tan valioso interrogarse el mundo, pues así se abren nuevas posibilidades de pensamiento.
Lo primero que me cuestioné gira alrededor de la afirmación de que la IA no es superior al hombre, sino que es un espejo que aprende de nosotros y, por ende, somos su limitación. Entonces, ¿por qué nosotros no podemos aprender más de nosotros mismos? A esto le llamo conciencia.
Me intereso por conocer la definición de conciencia, palabra que mi Asistente de Google define como: “El conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones, pero también se refiere a la capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento”. En otras palabras, si conocemos más de nuestros comportamientos, creencias, hábitos y modelos mentales, podemos desarrollar nuestra Inteligencia Natural. Podemos hacer conciencia de nuestras fortalezas y limitaciones.
A diferencia de la IA, nosotros si tenemos la capacidad de decidir cómo queremos ser, qué debemos aprender para crecer y convertirnos en seres más inteligentes, qué creencias limitantes o qué hábitos nos restan eficiencia, y hasta cómo transformarnos en personas con capacidades superiores. Asimismo, tenemos la facultad de interpretar y entender de acuerdo con nuestro juicio, lo cual también está relacionado con nuestro modelo mental.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando no podemos o sabemos elegir? Aquí es donde se involucra la capacidad del líder para influenciar e inspirar a desarrollar los comportamientos y habilidades requeridas, ya sea por medio de la comunicación, la co-evaluación, la co-creación, la colaboración o el empoderamiento.
Además, es posible contar con los recursos de un coach que acompañe y guíe el proceso de auto descubrir nuevas rutas y aprendizajes, a fin de lograr resultados distintos. Por otro lado, el líder coach es una opción combinada que requiere que los líderes también desarrollen varias competencias humanas, emocionales y de interacción, así como habilidades de coaching, en favor de sus colaboradores.
La IA se nutre de todo lo que aprende del medio en el cual se desenvuelve, logrando así aumentar su conocimiento e inteligencia. Pero, ¿qué recursos tenemos los seres humanos?
La primera clave radica en la humildad, en tanto que es el principal impulsor de desarrollo. Asumir que se sabe todo o que por una determinada posición se tiene la razón, limita el aprendizaje. Ser humilde se traduce en la capacidad de escuchar y aprender de todo lo que te pueda nutrir.
La segunda clave hace referencia a la capacidad de interrelacionarse, de construir redes colaborativas, de buscar referentes con los cuales nos identifiquemos y nos agreguen valor, es apalancarse en la Inteligencia Colectiva.
La tercera clave es formarse continuamente, leer libros, blogs, ver videos, tener hambre permanente de alimentar la mente, el corazón y el espíritu.
La cuarta clave es desarrollar la conciencia en cada paso que se dé, cada decisión, cada acción, cada emoción. Meditar, fortalecer la mente, entrenarla para que tenga mayor capacidad de respuesta, manejo y control de emociones y pensamientos.
Todo lo visto tiene relación contigo. Ahora, ¿qué pasa con todo esto cuando eres líder? Así como la IA se desarrolla en beneficio y servicio de los demás, porque ese es su propósito, los líderes conscientes sienten pasión por el desarrollo de otros, por despertar y ampliar la conciencia plena y la conciencia colectiva.
Por: Diego Román
diego.roman@influenser.ec
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