
Leyendo este poema de Dulce MarĆa Loynaz, me pregunto: Āæsomos puentes en la vida? ĀæCĆ³mo lo somos, para quiĆ©n, y sobre todo, por quĆ©?
En el trabajo, en el hogar, y en las comunidades que habitamos, surge una reflexiĆ³n esencial: Āæsomos realmente puentes que conectan, o simplemente ocupamos un extremo de nuestra relaciĆ³n con los demĆ”s? Cada uno de nosotros, inmerso en sus pensamientos, intereses, necesidades, creencias y miedos, coexiste en la complejidad de un mundo interconectado.
Ser un puente significa unir, colaborar, sumar. Pero este acto comienza dentro de nosotros mismos. Requiere construir puentes internos, en los espacios donde encontramos desconexiĆ³n, incoherencia o falta de propĆ³sito. Nos invita a explorar nuestra vulnerabilidad, desprendernos de la arrogancia que nos hace dueƱos de la verdad, y cultivar la humildad necesaria para ver al otro en toda su dignidad y valor.
Puentes Internos e Interpersonales
Un puente no se construye con indiferencia; requiere intenciĆ³n, empatĆa y compasiĆ³n. Construirlo significa:
Fomentar la confianza: Crear un espacio seguro donde las ideas y emociones puedan fluir.
Abrir espacios de confrontaciĆ³n constructiva: Buscar verdades que unan, no que dividan.
Liderar y ser liderado: Unir fuerzas para avanzar juntos, dejando atrƔs pugnas de poder.
La maravilla de la humanidad radica en nuestras diferencias, pero tambiĆ©n en la capacidad de integrarlas. Esto no es sencillo; es un desafĆo constante. Sin embargo, cuando nos atrevemos a construir puentes desde nuestras diferencias, logramos algo extraordinario: un camino hacia resultados, prosperidad y Ć©xito compartido.
Liderar Es Tender Puentes
En un mundo lleno de barrerasāya sean fĆsicas, emocionales o mentalesā, liderar significa convertirnos en esos puentes que conectan personas, ideas y propĆ³sitos. Cada vez que elegimos unir, en lugar de separar, estamos ejerciendo un liderazgo que trasciende. Un liderazgo que no busca imponer, sino inspirar.
Como seres humanos, estamos llamados a construir puentes que transformen nuestras conexiones en algo significativo. Porque solo a travƩs de estas conexiones podemos lograr resultados que beneficien no solo a nosotros mismos, sino tambiƩn a quienes nos rodean.
Y en este camino, el poema de Dulce MarĆa Loynaz nos recuerda la importancia de tender puentes, no solo entre montaƱas y riberas, sino entre las almas. Porque quizĆ”s, al final, el puente mĆ”s importante es aquel que nos lleva al amor compartido.
LOS PUENTES
Yo vi un puente cordial tenderse generoso
de una roca erizada a otra erizada roca,
sobre un abismo negro, profundo y misterioso
que se abrĆa en la tierra como una inmensa boca.
Yo vi otro puente bueno unir las dos orillas
de un rĆo turbio y hondo, cuyas aguas cambiantes
arrastraban con furia las frƔgiles barquillas
que chocaban rompiƩndose en las rocas distantes.
Yo vi tambiƩn tendido otro elevado puente
que casi se ocultaba entre nubes huraƱasā¦
Ā”Y su dorso armonioso unĆa triunfalmente,
en un glorioso gesto, dos cumbres de montaƱas!ā¦
Puentes, puentes cordialesā¦ Vuestra curva atrevida
une rocas, montaƱas, riberas sin temorā¦
Ā”Y que aun sobre el abismo tan hondo de la vida,
para todas las almas no haya un puente de amorā¦!
(Dulce MarĆa Loynaz)
Para pensar:
ĀæCuĆ”les son los puentes que tengo desatendidos como lĆder?
ĀæQuĆ© puedo ganar estirando la mano para tener un puente desconectado?
Comparte este artĆculo con alguien que inspire en tu vida el valor de tender puentes.